Nuestros pasos nos llevan a Leitza
Al norte de Leitza, ascendiendo por una carretera angosta y asfaltada alcanzaremos los bosques de Leitzalarrea. Estos bosques suponen más de la mitad de los 58,3 km2 de Leitza, y la subsistencia de sus habitantes ha estado ligada, durante siglos, a estos bosques y sus usos. Por ello resulta sencillo entender los mimos que los leitzarras han dedicado a este paraje.
Hoy en día está cubierto principalmente por hayas y robles, y alguna que otra especie, pero en minoría. Hubo otro tiempo en que el bosque sufrió un considerable retroceso. Una de las razones fue su uso ganadero. Hoy por hoy se ha reducido en gran manera la empresa ganadera, ya que la mayoría de las familias si tienen ganadería es en número muy pequeño.
La riqueza forestal de este paraje dio vida a un buen número de ferrerías. Esto supuso en su momento la desaparición paulatina del bosque debido a las talas indiscriminadas. Fue por este motivo que se inició la tradición del trasmoche, esto se trata de utilizar solo las ramas para hacer carbón de modo que el bosque se mantenía. Este sistema ha dado lugar a unos bosques bellos y centenarios como en Urkizu y Aitzmundi.
En 2007 acudieron a Leitza un grupo de ingleses con la intención de cambiar impresiones sobre los métodos utilizados por los leitzarras para la poda de estos bosques. Desde entonces se han intercambiado visitas varias veces. En 2011 también visitó un grupo de científicos suecos para conocer los árboles trasmochados de la localidad.
El paraje de Leitzalarrea resultaba idóneo para la industria del hierro: en el subsuelo minas para sacar mineral, corrientes de agua caudalosas, con saltos que facilitaban el funcionamiento de la maquinaria y árboles con que hacer carbón con el que alimentar el fuego para separar el hierro de la parte menos pura del metal (la escoria).
El paraje de Leitzalarrea resultaba idóneo para la industria del hierro: en el subsuelo minas para sacar mineral, corrientes de agua caudalosas, con saltos que facilitaban el funcionamiento de la maquinaria y árboles con que hacer carbón con el que alimentar el fuego para separar el hierro de la parte menos pura del metal (la escoria).
A lo largo de la historia se han llegado a contabilizar hasta 18 ferrerías que no llegaron a funcionar a un mismo tiempo. Las más antiguas aparecen documentadas ya en el siglo XIV. En la zona de Leitzalarrea funcionaron las de Urdiñola, Ibero, Eskibar y Sarasain.
A partir del siglo XIX las ferrerías fueron poco a poco a menos. También fue importante que la madera de aquí no se utilizara para la industria naval, ya que llevar la madera desde aquí encarecía el producto, sí se llegaron a fabricar remos.
Así mismo la mayor parte del bosque era comunal, por lo que se pudo regular con facilidad, así estaba establecido que el vecino que quisiera cortar un árbol, debía de plantar diez; así acudía a los viveros municipales donde cogía los árboles y el mismo vecino se encargaba de plantarlos y cuidarlos para que crecieran convenientemente.
Todo esto hizo que el bosque de leitzalarrea llegara a nuestros días tal como lo conocemos.
NUESTRAS RUTAS
ASÍ HA TRANSCURRIDO EL DÍA
Por fin llegó la tan esperada lluvia a estos lugares que para los Aitonak se repartió de forma irregular. A raticos sí y a raticos no, más a los de ALTA y menos a los de BAJA, en cambio la temperatura ( unos 17ºC) agradable para la caminata.
El grupo de BAJA cogemos un sendero por poco rato y siguiendo a la izquierda por pista de cemento un buen rato llegamos al paso de ganado, donde será un buen sitio para almorzar, ya cogemos pista de tierra que llegamos a un alto, pasamos por la derecha de un abrevadero, cogemos sendero de hierba llegamos a una puerta de hierro y siguiendo sendero, a la ermita de SANTA CRUZ.
Luego a la derecha por sendero donde pasa ganado y pasando por varios corrales de ganado llegamos a la Iglesia de Leiza, los autobuses están donde todos los años pasando el puente a la izquierda. Distancia: 8,5km.
Los de MEDIA empiezan la ascensión por la pista situada enfrente del Basa Kabi continúan la ascensión hasta pasar entre un bosque al final del cual giran a la derecha hasta alcanzar la cresta.
Continúan de frente hasta coronar el Eguzkimuñoa luego retroceden por lo andado continuando por la cresta pasando junto a un poste un poco más adelante alcanzan Leizalarre donde comienzan el descenso primero por senda luego pista hasta Leitza. Distancia: 11km.
El grupo de ALTA sale del alto de Usateguieta por una pista que la seguiremos durante cuatro kilómetros para coger un camino por el lado derecho y después una senda no muy definida.
Pasaremos una alambrada continuando paralela a ella hasta el Zuparrobi. La bajada del Zuparrobi la hacemos en diagonal, por pradera, hasta enlazar con la pista de los molinos que viene de Leitza. Subimos al Kornieta y regresamos, de nuevo, a la pista para abandonarla en una curva cogiendo una senda por pradera, a la derecha, para pasar al lado de una sima.
Cruzamos la pista, otra vez, para subir al Aritz. Del Aritz volvemos a la pista y después de pasar la central eléctrica de los molinos, en la primera curva, cogemos el PR por el lado izquierdo que nos baja a Leitza. Los últimos, aproximadamente, 150 metros, antes de entrar en el pueblo, están empedrados y muy resbaladizos así que tenemos que poner mucha atención para no caernos. Distancia: 14.8 km.
Regreso a las 18h.
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